La creciente escasez de materias primas y el creciente consumo de metales raros (caros) son decisivos para las muchas investigaciones en el campo de los electrodos transparentes, conductores y flexibles. El objetivo es permitir su producción a gran escala a bajo costo. Esto está destinado a reemplazar materiales frágiles como ITO y hacer posible en el futuro instalar pantallas más curvas en dispositivos como teléfonos móviles y pantallas táctiles. En la actualidad, sin embargo, no se ha encontrado ningún método de fabricación integral para esto.

Recientemente, se llamó la atención sobre el electrospinning. Un proceso poco productivo y más adecuado para productos especiales. Según Wikipedia, el electrohilado es la producción de fibras delgadas a partir de soluciones poliméricas por tratamiento en un campo eléctrico.

En este proceso, la solución polimérica se dosifica en un electrodo y se retira del electrodo por el campo eléctrico y se acelera. En un proceso complejo, la solución de polímero se divide en fibras y redes pequeñas y muy pequeñas, que finalmente se depositan en el contraelectrodo como una especie de vellón. El proceso generalmente produce fibras con diámetros de menos de 1000 nm, por lo que los productos se conocen como nanofibras (aunque la definición requiere estrictamente un diámetro de fibra de menos de 100 nm). El resultado del electrospinning es casi imposible de predecir. Por lo tanto, el producto objetivo deseado se logra empíricamente a través de una larga optimización de los parámetros. La densidad de carga, la viscosidad y la tensión superficial de la solución polimérica tienen una influencia significativa en la morfología de las fibras y su diámetro.

Hasta ahora, las aplicaciones de las nanofibras han sido principalmente en el campo de los procesos de filtro para polvos finos y similares, pero se está discutiendo una amplia gama de otras aplicaciones, incluida la tecnología médica.