Las técnicas de espionaje cibernéticas, convencionales y no convencionales (TEMPEST) dirigidas a secretos comerciales, infraestructura principal o incluso bases militares armadas tienen importantes consecuencias financieras y competitivas para muchas empresas, agencias gubernamentales y corporaciones.
Se ha descubierto que las organizaciones víctimas de estos ataques a sus propiedades intelectuales experimentan interrupciones importantes en sus planes / operaciones comerciales, pérdida de ventaja competitiva, erosión de la confianza del cliente / inversor y la costosa reparación de daños atribuibles a estas actividades ilícitas.
Hoy en día, la metodología más extendida para la infiltración cibernética empleada por las entidades de piratería es la suplantación y el uso de credenciales personales para obtener acceso a la infraestructura de TI corporativa, descargar datos confidenciales y lucrativos, y utilizar esta información para obtener ganancias monetarias fraudulentas.
Los intrincados matices de la vigilancia informática, de redes y corporativa muestran que los seres humanos constituyen la amenaza más importante para la seguridad corporativa y la salvaguardia de los secretos comerciales. Por lo tanto, la ciberseguridad efectiva debe comenzar con iniciativas dirigidas a las personas que utilizan estas tecnologías de la información.
Sin embargo, el campo esotérico del espionaje TEMPEST presenta un nuevo y altamente enrevesado campo de escuchas que confunde la lógica humana lineal. A pesar de que la mayoría de las empresas comerciales no tendrán que perder el sueño por TEMPEST emanaciones filtradas, ciertas instituciones gubernamentales y militares tendrán que considerar la posibilidad de que se produzcan canales encubiertos de espacio aéreo en sus instalaciones y sean utilizados por entidades maliciosas con el propósito de monitorear, espiar y piratear.